Hace ya tiempo que empezaron a
llamarme la atención determinadas esquelas de las que se publican en los
periódicos. No de las que uno puede leer en el Diario de Cádiz, en el Diario de
Jerez o en el ABC, periódicos éstos que representan lo más rancio en lo que a
costumbres de estéticas de obituarios se refiere, sino las que se publican en
periódicos entre cuyos lectores se encuentran, por la definición de su línea
editorial, personas eminentemente laicistas y nada o poco religiosas, sin que ello
quiera decir que en esta clase de periódicos no encontremos esquelas clásicas
del tipo de en el día de ayer falleció, tras recibir la bendición de Su
Santidad el Papa – como si el Papa estuviera para eso-, el Sr. o la Sra. tal o
cual, etc., etc.
Nunca antes había prestado yo
atención a las esquelas salvo contadísimas excepciones, pero, casualmente, leí
hace algo más de un par de años, en El País, un esquela desgarradora por su
contenido. Desgraciadamente no recuerdo con exactitud el texto, pero utilizando
sólo los nombres y no los apellidos del fallecido y de quien le recordaba a
través de la esquela, se ponía de manifiesto una historia de amor oculta a la oficialidad en la que se cruzó la
muerte y dejó al vivo, ella, con ganas
de morir y con el corazón desgarrado y sin poder decir a nadie que se le había
muerto el amor de su vida, su razón de ser. Tan sólo a través de la esquela,
casi anónima, pudo dar un grito mudo que la desahogara en su sufrir y que la
aliviara en su honda pena. La verdad, me impresionó.
A partir de aquel día, empecé a
prestar atención a las esquelas y, aunque la mayoría responden al esquema
clásico, de vez en cuando puedes encontrarte con alguna que, cuanto menos, te
deja intrigado o con los sentimientos alterados. En todos los casos puedes
imaginar historias que den razón de ser y que justifiquen la esquela y su
contenido o los mensajes que contienen.
Algunas historias son fáciles de
imaginar e, incluso, pueden suponer una realidad vulgar y nada atractivas o
interesantes, pues no se salen de lo normal. Sin embargo, otras, las menos,
desgraciadamente, ponen de manifiesto indicios de historias verdaderamente
interesantes. Al menos, son esquelas que provocan esa impresión.
La razón por la que impresionan o
te dejan pensativo puede ser de tipo variado; unas veces son historias de amor
pasional entre personas, otras son historias de amor paterno filial marcado por
algún hecho concreto, otras son historias de amor por los demás, de pasión
política, etc., y, en todos los casos, de incapacidad de soportar la ausencia
de la persona querida que se ha marchado para siempre, expresando esta añoranza
de la persona ida desde la perspectiva y el convencimiento, en la mayoría de
los casos, de que no hay un más allá donde volver a encontrarse, lo que no deja
de ser desconsolador.
Frente a aquellas esquelas en las
que lo que interesa resaltar es la posición social del fallecido y sus
allegados – Excmo. Sr., Ilmo Sr., Licenciada en Historia, e incluso Bético de
toda la vida, que todo esto se ve en las esquelas-, éstas de las que yo hablo,
ponen de manifiesto sentimientos, posiciones en la vida, compromisos, pero
sobre todo, desazón, pesar, desconsuelo.
Desde hace dos años, cuando veo
una de estas esquelas inquietantes, la recorto y la guardo en un carpeta ad
hoc, donde ya la colección da para echar una tarde imaginando historias.
No quiero reproducir aquí los
textos de las esquelas que forman parte de mi peculiar colección –no sé por qué
las conservo, pero seguro que alguna vez sale una buena historia de ellas-, pero
sí quiero dejar a título de ejemplo algunas de ellas:
Día 13 de Julio de 2011:
MAN-HUÉ
13 de
julio de 2006
Y no queda
más
que ese
peso
insoportable
y dulce
en el
corazón.
12 de septiembre de 2012:
VICENTE
Topotón,
Topotón, te fuiste
Topoton,
Topotón, nos has dejado
Pero
espera, espéranos…, siempre, Viz, siempre
23 de marzo de 2013:
Elenita:
A la hora
del té y de los toros, tus hijos Boris y Yuris ya pueden recibir a la Reina de
la Commonwealth y conversar con ella sin filtros idiomáticos; lamentablemente
Kate Moss no se pone al teléfono. De todos modos en casa no se atreven a
motejar a Crazy Horse llamándole Creisy Jorss.
Día 21 de junio de 2012:
A y ᾩ
J.P.
Se nos fue
del todo el 20 de junio de 2012
“…y recuérdalo, nunca te olvido.”
M., C.,
R., I.,y J.M.
¡¡¡Bisiestos!!!!
Día 27 de marzo de 2011:
Primer Aniversario
JULIO CÉSAR GUEDES MACEDO
Falleció en Madrid el
27 de marzo de 2010
DEP
A nuestro querido
hermano que sólo comprendimos cuando nos dejó.
No vuelvo la cara
por miedo a no vernos
y un adiós infinito
se rompe en silencio
dejándome herido….
dejándote muerto..
(José
Martínez)
Día 18 de julio de 2011:
In memorian, 3 años
MARTINA FELICIDAD
SÁNCHEZ MORO
El 18 de julio de 1911
llegaste a los brazos de Elisa y Patrocinio.
El 18 de julio de 1936
amargó tus 25 años tan felices, Eduardo y tú, el 1 de mayo, con la niña en
brazo y el puño en alto.
El 18 de julio de
2011, serías una preciosa centenaria.
Mamaíta. Te quiero siempre.
Día 27 de marzo de 2011:
VICTORIA MURILLO
FRANCO
28 de marzo de 1944
27 de marzo de 2005
La presencia de tu
ausencia es inmensa
Imposible quererte más
Imposible echarte más
de menos ahora.
Con María y Nicolás en
la fotografía.
Y por último, una publicada el
día 20 de agosto de 2011 que especialmente me conmueve pues la suscriben dos hijas, una de ellas
monja – que yo imagino de clausura-:
Recuerdo a la memoria de
IVAN ISCAR RODRÍGUEZ
Que a los 42 años fue
asesinado el 20 de agosto de 1936 por las fuerzas franquistas, junto a otras 51
víctimas, sin que hubieran tenido opción a un juicio justo.
Fue fusilado en el
campo de concentración “El Mogote”, y sus restos arrojados a la fosa común del
cementerio español de Tetuán.
Tus hijas, Sor María Luisa y Áurea, no te
van a olvidar nunca.
Esta última esquela recuerda que
la defensa de la libertad en la España de la Guerra Civil también corrió a
cargo de muchas personas religiosas y profundamente católicas, pese a lo que
nos han querido inculcar en sentido contrario. Este dato se refleja muy bien en
la película “Las 13 Rosas”.
Descansen todas estas personas en
paz y que no se hayan inquietado por haber usado sus nombres y su recuerdo.